Nuevos horizontes tras las elecciones presidenciales

Cambio de poder en Guinea Bissau

La llegada al poder de Umaro Sissoco Embaló, tras salir vencedor de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebrada el 29 de diciembre, podría traer aires de cambio para Guinea Bissau. Este resultado ha sorprendido a muchos, ya que las quinielas apuntaban a Domingos Simões Pereira como el hombre que ocuparía la presidencia.

A pesar de algunas denuncias de fraude, que la Comisión Electoral ha corrido a desmentir a través de un comunicado, y de que el nuevo presidente fue acusado con anterioridad a las elecciones de tener intenciones de dar un golpe de Estado ‒tal y como alertaba en su página de Facebook el que hasta ese momento había sido Primer Ministro, Arístides Gomes‒, lo cierto es que Embaló se ha alzado con el poder sin usar la fuerza y que el hartazgo de la población por el inmovilismo político y las disputas internas de la elite política durante los últimos años podrían ser la explicación de su victoria.

Mesa electoral en Guinea Bissau – Foto de oneworld_uk – CC BY-NC-SA 2.0

 

El nuevo partido en el poder

El nuevo Jefe de Estado proviene del partido Movimento de Alternância Democrática (MADEM-G15), un grupo formado por disidentes del Partido Africano da Independência da Guiné e Cabo Verde (PAIGC), el cual fue creado en la etapa de la lucha contra el poder colonial y que ha dominado la escena política hasta ahora. Cuando en diciembre de 2015 llegó la hora de votar en las Cortes, monopolizadas por las fuerzas del PAIGC, el nuevo programa de gobierno del entonces Primer Ministro, Carlos Correira, un grupo de 15 miembros del Parlamento se abstienen como señal de su descontento con las “imposiciones” del partido y mostrando su apoyo al Presidente José Mario Vaz, quien había sido elegido en las elecciones de 2014. De esta forma, los 15 parlamentarios rompen la disciplina de voto, provocando “alteraciones en el poder establecido en el Parlamento” y afectando a la normalidad institucional. Sus acciones serán castigadas con la expulsión del PAIGC.

Esto marca un camino de desencuentros políticos, de falta de entendimiento entre el presidente y el Parlamento, de fragmentación de la elite política y de un estancamiento en la puesta en marcha de medidas encaminadas a la mejora del país. La legislatura de Vaz (2014-2019) no ha sido fácil y aunque este aspiraba a ser reelegido en las pasadas elecciones, la inestabilidad que ha caracterizado su presidencia ha pasado factura en las urnas. Así, se ha convertido en el primer Presidente que ha completado su mandato sin ser destituido o asesinado.

La sorpresa electoral

La victoria del MADEM-G15, constituido como partido político en las elecciones parlamentarias de Marzo de 2019, ha sido una sorpresa. En aquellas elecciones se había situado como segunda fuerza política, con 27 asientos en el Parlamento, tras el PAIGC, que ocupaba 47. Sin embargo, este último llega a un acuerdo con otros tres grupos: Assembleia do Povo UnidoPartido Democrático da Guiné-Bissau (APU-PDGB); Partido da Nova Democracia (PND); y União para a Mudança (UM), consiguiendo, a través de esta coalición, la mayoría parlamentaria. Debido al poder que históricamente ha acumulado el PAIGC, se ha desconfiado de la fuerza del MADEM-G15 para alcanzar una victoria estable. Pero los resultados han mostrado otro escenario.

El clima previo a las elecciones ha sido tenso, incluyendo una destitución en los días previos, la del primer ministro Arístides Gomes, evidenciando la fragilidad política del país y sumando incertidumbre a los comicios. Aparentemente el pulso lo iban a mantener el entonces jefe de Estado, Vaz, y su principal opositor, Pereira, Presidente del PAIGC. Sin embargo, la primera ronda electoral, celebrada el 24 de noviembre, arroja resultados diferentes: Pereira obtiene un 40,13% de los votos; Embaló consigue la segunda posición, con un apoyo del 25,75%; y Vaz apenas alcanza un 12,41% ‒cuarta posición, por detrás Nuno Gomes Nabiam. El resto de los candidatos se encuentran con un apoyo inferior al 2,5%. Debido a que ninguno obtiene mayoría absoluta, se convoca una segunda ronda para el 29 de diciembre.

Este segundo encuentro electoral se produce, al igual que el primero, bajo un clima pacífico y con una alta participación, entorno al 72,67% del censo. El 1 de enero la Comisión Electoral anuncia que Embaló ha alcanzado un 53,55% de los votos y Pereira un 46,45%, convirtiéndose el primero en vencedor de las elecciones presidenciales. La lectura de los resultados conduce a pensar que el electorado que en la primera ronda apoyó al resto de candidatos –especialmente los seguidores de Vaz y de Nuno Gomes Nabiam– ha depositado su confianza en Embaló en la segunda ronda, lo que supone una clara e histórica derrota del PAIGC.

La reacción de Pereira, quien aspiraba a ser elegido algo más de cuatro años después de haber sido destituido como Primer Ministro por el propio Vaz, fue inmediata, anunciando su intención de impugnar los resultados y presentando un recurso ante el Tribunal Supremo, alegando “irregularidades”, “manipulaciones” y “fraude electoral”. El Tribunal Supremo ha rechazado su recurso y los resultados han sido apoyados por los observadores electorales, especialmente de la organización regional, la CEDEAO/ECOWAS, quienes hablan de transparencia y de un contexto pacífico, así como por organizaciones de la sociedad civil.

Colegio electoral en Guinea Bissau – Foto de oneworld_uk – CC BY-NC-SA 2.0

 

Las incógnitas del nuevo gobierno

Ahora se abre una nueva etapa para Guinea-Bissau cargada de incertidumbre. El general Embaló, como se le conoce, tiene experiencia de gobierno al haber sido Primer Ministro con Vaz entre 2016 y 2018, así como consejero durante el gobierno de transición de Manuel Serifo Nhamadjo que se crea tras el golpe de Estado de 2012.

Inmediatamente después del anuncio de su victoria electoral, Embaló ha emprendido una ronda de viajes a países del entorno, como Senegal, Nigeria o Portugal, que le han mostrado su apoyo como nuevo Presidente.

Uno de los principales desafíos a los que se enfrenta proviene del Parlamento, dominado por la coalición liderada por el PAIGC. Embaló, que se presentó durante la campaña electoral como el candidato de unidad, debe ahora lidiar con la parálisis política que ha sufrido el país en los últimos años. Será clave saber quién se convertirá en Primer Ministro. El trabajo conjunto y el entendimiento entre el Presidente y el poder legislativo es fundamental para superar la etapa de desencuentros que ha caracterizado la presidencia de Vaz.

Esta realidad pone sobre la mesa la posibilidad de que se lleve a cabo una reforma constitucional que acabe con las ambigüedades que existen. Actualmente, la Constitución señala que el Parlamento tiene el derecho de designar al Primer Ministro, pero éste puede ser destituido por el presidente, como ha ocurrido en varias ocasiones durante la presidencia de Vaz. El propio Embaló señaló, días antes de la primera vuelta, que en la Constitución “hay muchos elementos que merecen ser aclarados”. Veremos si ahora que está en el poder tiene voluntad de hacer cambios que permitan avanzar hacia la consolidación de un sistema democrático.

Otro aspecto importante es el papel que jugará el derrotado Domingos Simões Pereira, que ha mostrado un gran descontento con los resultados electorales. Estos han evidenciado que la población ha retirado su confianza en el PAIGC, el partido que ha marcado hasta ahora la historia política del país. Como señala Miguel de Barros, es necesaria una renovación interna, del liderazgo y del modelo de partido, sin la que no se producirá un verdadero cambio. Aún así, todas las expectativas están puestas en el nuevo presidente.

(Valladolid, 1988) Doctora en Seguridad Internacional y Licenciada en Historia, que siempre será mi verdadera vocación. Mi atracción por África se la debo a mi tía, quien a través de las historias de sus viajes a lo largo del continente me abrió los ojos y la imaginación hacia otras realidades. Me apasionan la pedagogía, el cine y los animales y no podría vivir sin el contacto con la naturaleza. Nací en Valladolid, pero soy asturiana de corazón.

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