Hoy 29 de marzo, Día Internacional de la Danza, hablamos con Aïda Colmenero, la única española capacitada para enseñar la técnica Acogny de danza contemporánea africana -siendo esta, por el momento, la única en África considerada oficialmente una técnica en sí misma-.
De su mano nos imbuimos en el panorama contemporáneo del continente, y conocemos el sugerente proyecto de videopoemas centrados en la mujer creadora africana She Poems/Ella Poema, a través de ella misma y de las cocreadoras Michèle Ndjongui de Camerún, y las keniatas Susan Hawi y Betty Bagbo.
La contemporaneidad del escenario africano
Según nos relata, los inicios de la danza contemporánea en el oeste del continente están muy ligados a un número reducido de escuelas; la primera, la Ecole des Sables -la Escuela de Arena liderada por Germanie Acogny en Senegal, quien la instruyó en su técnica-, el centro coreográfico La Termitière en Burkina Faso, o el centro dirigido por la haitiana Ketty Noël en Malí, a los que se uniría un poco más adelante otra diva de la danza contemporánea africana, Irène Tassembédo también en Burkina Faso, u otras creadoras de lugares como RD.Congo. Y es de sus entornos, a partir de la gente formada allí, que se han ido generando no solo nuevas compañías, sino también y más importante, la visión de la danza como una profesión con la que ganarse la vida. En la región este del continente, sin aparentes escuelas de referencia, compañías e individuos con inquietudes y en muchos casos tras haber viajado, han fomentado igualmente la generación de estos espacios de creación.
Pero ¿qué es la danza contemporánea africana? Es el resultado del encuentro con el otro; a partir de la base de danzas tradicionales, los creadores incorporan técnicas de otras corrientes de danza -contemporánea, clásica, etc.-, de manera que esa base tradicional es su punto de partida -la identidad que crea y conecta- y principal diferencia, según Colmenero, con la contemporánea «occidental». En esa transformación también hay un elemento fundamental diferenciador con respecto a la tradicional, y es la necesidad de un nuevo lenguaje con el que expresar nuevos temas, porque si algo significa la danza en África, más allá de técnicas, es comunicación. La danza contemporánea en el continente construye desde un nivel muy político y social porque las creaciones se basan en la vida cotidiana, porque en general lo africano es muy de aquí y ahora, y esa expresividad -en contraposición a la aspiración por la perfección técnica y estética que tiende a imperar en Europa- es lo que hace que conectes. Los mensajes son muy potentes porque hablan de una descolonización, de una corrupción que es muy real, de cosas duras pero reales, y de esa manera tiene un gran anclaje radicalmente social y político.
¿Dónde están las mujeres?
Como decíamos al principio, existen mujeres muy visibles en el contexto de la danza en el continente. Sin embargo, una aparente paradoja, compartida con la propia Aïda, se nos hacía recurrente; si existen estos referentes femeninos tan potentes ¿dónde están las mujeres en el resto de niveles? ¿es la mujer africana poderosa en el entorno de las danzas? Al contrario que en Europa, en cuyas escuelas estudian 3 hombres por cada 1.000 mujeres -por decir algo-, en África la danza profesionalizada -las artes, en un sentido más amplio- es cosa de hombres. Las mujeres que están presentes son muy potentes, pero como ella dice «son 4, no son suficientes para crear referentes femeninos«. Hasta el momento, las estructuras sociales y culturales fomentaban que una mujer, aunque bailarina, dejara de bailar una vez se convertía en esposa y/o madre. La escasa valorización de la danza como profesión era otra de las causas de la escasa presencia femenina. De esta necesidad de referentes nace She poems/Ella poema.
She poems/Ella poema, la creación tiene nombre de mujer
She poems/Ella poema es un proyecto de arte contemporáneo con mujeres africanas, creación de piezas de danza individuales de mujeres en distintos lugares del continente africano, para cuya creación, a través del trabajo con poemas escritos por mujeres -por su potencial para trabajar un mensaje esencial-, y tras un trabajo íntimo en el que se trabaja «con la intuición, no hablamos de técnica sino de emoción» las coreógrafas crean una pieza, que también se registra en modo de videopoema, como a ella le gusta llamarlas. El proyecto ya ha generado piezas en Senegal, Tanzania, Camerún, Nigeria, Cabo Verde, Níger y Kenia, y pretende continuar.
En general en África si hay muchas bailarinas, muchas llevan tiempo trabajando en compañías o bailan desde pequeñas, pero como intérpretes, no como creadoras. Y ella «quiere mostrar a las mujeres como creadoras. Decir, África es rica, está llena de mujeres poderosas -a pesar del estereotipo extendido de la mujer africana subyugada-, orgullosas de la posición que tienen, del poder que tienen, de su rol como mujer, en casa, en la política y en la sociedad «. Por este motivo para She poems tiende a trabajar con mujeres que ya están en activo, para que el trabajo profundo pueda dar sus frutos, y estas creadoras puedan continuar con el trabajo, impulsándolo. Por esa necesidad de referentes, cuando ponemos de manifiesto el interesante contraste que se forma entre la imagen de la mujer y de la danza, ambas ligadas a lo comunitario, con la concepción del proyecto como piezas de solos individuales de mujeres, su intencionalidad es clara «una sola mujer puede convertirse en referente más potente que mezclada con más mujeres, y quiero crear una imagen tan potente que sirva como referente».
Y por eso también, a la pregunta de si se podría considerar un trabajo activista, nos contesta algo con tanta lógica para quien trabaja traduciendo emociones en movimientos «no hemos vivido el proceso así, aunque pudiera parecerlo, pero trabajar una emoción tan íntima es quizás la mejor manera de universalizarla«.
Todas las piezas se han trabajado en torno a un concepto, extraído y trabajado a partir del poema en cuestión, a través del trabajo interno de la artista, y bajo la dirección de Aida Colmenero. Entre las últimas colaboraciones se encuentran las dos creadoras con las que hablamos.
Michèle Ndjongui, creadora de Camerún de la pieza FIGHT/Lucha en 2015, inspirado en el poema de Ada Salas.
Susan Hawi y Seise Bagbo (Betty Bag^bo), crearon en Kenia la pieza TELL HIM en 2015, inspirada en un poema de la propia Betty, que trabajaron e interpretaron en pareja.
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Cuéntanos un poco sobre ti, y sobre el desarrollo de tu carrera en la danza.
Soy Michèle Nkomp Ndjongui, coreógrafa y bailarina de Camerún, en África Central. Los últimos años he vivido entre Camerún, otros lugares de África y Francia. Empecé a bailar en Yaoundé, la capital de Camerún en 2006, y mi formación principal la conseguí en espacios como la Ecole des Sables en Toubab Dialaw -Senegal-, en el Pavillon Noir/Ballet Preljocaj en Aix en Provence -Francia- y el Centre National de la danse en Paris -Francia-, así como junto a otros y otras coreógrafas, tanto africanas como europeas, como Aïda Colmenero, Xavier Lot, entre ellos. Mi técnica se basa principalmente en danzas tradicionales africanas, danzas modernas, movimientos comunes de la vida diaria y las propias emociones; me gustaría decir que mi danza es danse de création.
Me llamo Susan Hawi Osano y tengo 22 años. He bailado prácticamente desde que dejé el vientre de mi madre, pero tuve contacto más intenso con la danza en el instituto. Desde la infancia he adorado bailar, pero nunca pensé que podría hacerlo como profesión hasta que llegué al instituto. Desde el día de mi primera actuación hasta hoy día mi corazón se mueve por la danza.
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Como mujer africana, intérprete y creadora, ¿cómo definirías la identidad de la actual danza contemporánea africana?
Como mujer africana, artista, no me parece fácil hablar de la actual danza contemporánea en África. Hay quien dice que la danza contemporánea africana existe, y hay quien dice que no, y ambos tienen un poco de razón. A mí me gusta definirme como una mujer africana haciendo danza, creando desde sus raíces, y totalmente abierta a otras influencias externas -danza clásica, contemporáneo, jazz hip hop…-.
Como mujer africana en ocasiones nos vemos forzadas a ajustarnos a las expectativas que la sociedad tiene sobre nosotras. Ser una buena esposa, madre, cocinera. Pocas veces somos vistas como creadoras porque nuestra cultura promueve la dominancia masculina. Hoy en día, más mujeres están saliendo de las sombras y haciéndose cargo de la creadora que hay en ellas, y las sociedades comienzan a reconocerlo. La actual danza contemporánea africana es como oro que yace escondido en tierras fértiles, no se había visto antes pero se encontró al cavar. Rico en contenido pero aún mucho por descubrir.
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¿cómo continúa conectándose la danza contemporánea a las danzas tradicionales, en tu opinión?
Bailarines, los bailarines africanos crecen y empiezan bailando en sus países, están conectados con las danzas tradicionales, en la manera de moverse, sintiendo la música se encuentran conectados a la práctica de sus danzas tradicionales, y como suelo decir, en África tenemos cientos y cientos de danzas tradicionales diferentes, así que para los bailarines es una gran fuente de inspiración.
La danza contemporánea es libertad, por lo que para mi conecta con las danzas tradicionales de esa manera, ya que la mayoría de las danzas tradicionales fueron creadas para expresar libertad, ya sea de la exclavitud, el paso de la adolescencia a la edad adulta, o como celebración. La mayoría de las danzas tradicionales no son coreografiadas, fueron creadas como una forma de comunicación, y la danza contemporánea para mi es también una forma de comunicación.
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¿alrededor de qué temas o problemas gira la danza contemporánea africana?
De una manera amplia, a temas como la guerra, la pobreza, la identidad, la alegría, la vida, la tristeza, la lucha, la resistencia, los viajes…
La mayor parte gira entorno a el día a día de la vida en las sociedades africanas, como la pobreza, los estereotipos, las tradiciones y las culturas, la espiritualidad, y otros muchos temas relacionados con lo que llamamos «patria» África.
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Cuando creas o interpretas, ¿cuáles son tus puntos de partida personales o colectivos?
Cuando decido crear una nueva pieza no tengo exactamente un punto de partida. Tengo un tema, ganas de hablar de algo, puede ser un poema, una persona, una leyenda, un lugar, un pueblo, u otro tema. En ese momento busco y desarrollo el tema en sí, escribiendo y hablando sobre ello con gente diferente y anotando sus impresiones. La siguiente fase es la búsqueda de movimientos con diferentes cualidades de movimiento o de emociones. Antes de empezar realmente no se lo que finalmente voy a hacer.
Personalmente tiendo a trabajar con la inspiración, cuando estoy inspirada, empiezo a crear, la mayoría de las veces no suelo crear piezas sobre mi misma, sino sobre experiencias, historias, sentimientos que otra gente me hace sentir. Así que como punto de partida suele ser una visión de algún tipo, entonces es cuando lo descompongo,lo analizo y creo a partir de ello.
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Habéis trabajado con Aïda Colmenero creando una pieza dentro del proyecto «She poems/Ella poema«, ¿cómo definirías el proceso creativo? ¿cuánto de tí hay en la traslación del poema al movimiento?
Ella Poema es uno de los proyectos más importantes que he realizado en mi carrera, el proceso creativo no fue usual. Con Aïda nos tomamos días y días para trabajar sobre mí misma –me, myself and I :)- Aïda trabajó conmigo para sacar la fuerza, esa fuerza natural que se desata cuando empiezo a moverme naturalmente, buscamos movimientos que acompañaran emociones, gritando y llorando sinceramente.
Era sobre amor y lucha, sobre sentimientos, toda la pieza es una gran parte de mi, a lo largo del proceso Aïda lo cogió todo de mi y me dirigió a lo largo de toda la experiencia.
Para este proyecto en particular, “She Poems/Ella Poema”, el punto de partida fue muy personal, lo que para mi fue todo un desafío, ya que no suelo ser una persona muy emocional, dame una historia y puedo contarla como si fuera mía, pero mi propia historia siempre ha sido una difícil de contar. Por lo que este proyecto empezó con el «yo», y no me refiero al «yo» genérico del que todas somos conscientes, sino el «yo» mucho más profundo que no solemos explorar. Trabajar con Aïda Colmenero fue un punto de inflexión, ya que su acercamiento al proceso creativo era muy diferente a lo que estamos acostumbradas. Se tomó su tiempo para primero conocerme, quien soy, en qué creo, de qué tengo miedo, y desde ahí, cada día fuimos desarrollando la pieza. ¿cuánto de mí hay en ella? todo, incluso las partes que nunca había visto.
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En la imagen de África que impera en Europa, tanto la danza como las mujeres se entienden muy ligadas a lo colectivo. Es una de las razones por las que encontramos el proyecto She Poems muy interesante, concebido como piezas de solos creadas por mujeres individuales. ¿cómo experimentas este contraste, qué sugiere para tí, y cómo lo vives?
En general en África las mujeres son el centro de la vida, la sociedad tradicional africana tiene un gran lugar para las mujeres, incluso en la sociedad moderna actual -aunque las mujeres seguimos teniendo menos derechos- casi nada puede hacerse sin las mujeres. No importa donde vivamos, pueblos, religiones o países diferentes, todas somos lo mismo, encontramos los mismos problemas, la misma alegría, los mismos sentimientos, la única diferencia es el cómo reaccionamos a ellos,los efectos de las acciones en nuestras culturas. Para mi, todas las mujeres del mundo, sin distinción de raza, cultura o creencias son lo mismo, nos encontramos con las mismas dificultades.
Yo fui lo suficientemente privilegiada como para crecer en un entorno europeo y también crecer entendiendo la femineidad africana, así que cuando se trata de contraste, tiendo a tener un entendimiento más profundo desde ambas perspectivas. En África, solo un puñado de mujeres son reconocidas como bailarinas profesionales en lugar de una actividad de ocio.En Europa la danza se ve como una profesión seria, así que ahora, como una mujer africana que es bailarina, voy en contra de la esencia de mi sociedad, pero lo hago con la esperanza de que un día, mi gente con sus culturas y tradiciones podrá apreciar a las mujeres africanas como creadoras en el campo de la danza. Creo que eso es por lo que Dios me ha hecho amar la danza.
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¿percibes la danza como un espacio emancipador, una herramienta de posible activismo?
La danza es una herramienta de expresión en sí misma, cuando bailo no intento transmitir un significado. Si el arte estuviera limitado a comunicar un mensaje, podríamos tirar el trabajo una vez hemos transmitido ese mensaje. Mi danza es una organización de formas que adquiere significado entre el hacer y el deshacer, de acuerdo a los estados de ánimo. No es ni un lenguaje ni una pintura, sino ante todo es una práctica. Bailando entiendo lo que estoy buscando, lo que quiero, y qué tengo que hacer.
Se dice que el 70% de la comunicación es no verbal, lo que significa que el 70% de nuestro movimiento comunica muchas cosas, por lo que para mi, cuando pienso en bailar pienso en ello como la Voz más Alta que tengo para comunicar todo lo que está en mi corazón y todo en lo que creo. Si mi sociedad me dice que las mujeres no deberían bailar porque implica promiscuidad, bailo más para abrir sus ojos y corazones al verdadero significado de la danza.
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¿cómo definirías la escena de danza en tu país en estos momentos? ¿crees que cuenta con el apoyo institucional para su promoción y desarrollo?
Podría escribir un libro sobre las cosas que no funcionan bien en relación a la danza en Camerún; no hay espacios, o teatros, o escuelas de danza, todo está por hacer. Algunos coreógrafos están intentando hacer cosas, las instituciones no apoyan a los artistas, aunque afortunadamente contamos con el apoyo de países como Francia y Alemania que contribuyen con financiación y plataformas de expresión. Igualmente, los bailarines se están uniendo para crear asociaciones y así hacer crecer las iniciativas, para situar la danza contemporánea en otro nivel y asegurarse de que las cosas van a mejor, para que la gente camerunesa conozca la danza contemporánea.
La escena de danza en mi país aún está creciendo, pero mayormente está centrada en la capital porque es el núcleo para la mayoría de las cosas. Recibe algo de apoyo institucional y promoción, pero sobre todo de fuera de África, ya que nuestros gobiernos aún tienen que darse cuenta de su importancia para nuestra sociedad y el día a día.
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Cuéntanos, quiénes son tus referentes, ¿a qué personas o escenas deben nuestros lectores prestar atención?
Tengo muchísimos referentes pasados y actuales; Pearl Primus, Germaine Acogny, Irene Tassembedo, Salia Sanou, Seydou Boro, Nijinsjy, Merlin Nyankam, Angelin Preljocaj y otros muchos. En cuanto a escenas artísticas, Dakar y Sant Louis en Senegal, Bamako, Ouagadougou… son dinámicas y tienes muchas propuestas artísticas.Estoy muy impresionada por la escena senegalesa.
Adam Chienjo -él es quien me recomendó para este proyecto, además de ser uno de los mejores creadores y profesores de danza contemporánea que conozco-, y Aïda Colmenero Diaz, ella es una de mis grandes inspiraciones en estos momentos, su trabajo habla por sí mismo.
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¿En qué proyectos estás últimamente involucrada?
Actualmente estoy centrada en un proyecto personal, estoy en el suroeste de Francia desde hace un mes y me quedaré otros dos meses más, disfrutando de una residencia de creación para crear una pieza en la que establezco un paralelismo entre los ríos y lavaderos. Tengo también un proyecto de un dueto con otro bailarín de Burkina Faso llamado Attends un peu, programado este año en Francia y Burkina Faso. Cuanod no actúo, suelo ir a entrenar cada día a Micadanses o al Centre National de Danse en Paris.
Los proyectos en los que estoy actualmente involucrada son el «Choreographic women empowerment project» -de Adam Chienjo- que es una serie de clases de tarde que juntará a mujeres de la comunidad para bailar, crear y abordar temas sociales, mientras crece nuestro conocimiento sobre las implicaciones de la femineidad. En el futuro próximo, acudiré a algunos festivales para mostrar una pieza en la que he estado trabajando llamada «The mile«.
Podéis acceder a buena parte de sus trabajos y videopoemas ya editados en el canal de youtube de Aïda Colmenero y en su canal de Vimeo.
Fotos y material audiovisual de Aïda Colmenero si no se indica lo contrario.