La comunidad LGBTIQ en Kenia lucha por la despenalización

«La homofobia no puede con la verdad, tiene su propia fuerza»

“Siempre que le he dicho a alguien en Kenia que soy lesbiana se ha abierto a escuchar y querer entender, nunca he tenido una reacción negativa. La verdad tiene su propia fuerza, no hace falta protegerla” decía la activista Keniata por los derechos LBQ, Gerald Hayo, a su paso por Barcelona para estrenar el documental Now You Are A Woman, en el que nos cuenta lo que es ser una mujer lesbiana en Kenia, un país donde la homosexualidad está penada con 14 años de prisión.

Este documental llega en un momento complejo para los derechos LGTBIQ en Kenia, ya que después de tres años de espera y un exhaustivo trabajo de campaña de las activistas visibilizando su reclamación por #Repeal162, el pasado 24 de mayo el Tribunal Supremo decidió no revocar los artículos del código penal que criminalizan la homosexualidad. ¿El motivo? No tienen suficientes “pruebas creíbles” para considerar que se vulneran las garantías constitucionales que aseguran la igualdad, la no discriminación, la dignidad humana y la privacidad. Está claro que estos jueces no han visto el documental de Gerald, donde nos cuenta cómo su familia la ha repudiado desde que salió del armario siendo ella aún adolescente, cómo se quedó embarazada después de que su hermano le organizara una violación para “corregir” su orientación sexual como única vía para ser aceptada de nuevo en la familia, cómo el simple hecho de llevar el pelo corto da pie a que la gente la insulte y le escupa por la calle llamándola “shoga“, término despectivo para referirse a personas homosexuales en Kenia, y que Gerald repite con dolor al recordarlo.

El pasado 24 de mayo el Tribunal Supremo keniata
decidió no revocar los artículos del código penal
que criminalizan la homosexualidad

La discriminación contra personas homosexuales y la homofobia en Kenia es algo generalizado y legitimado, reforzado por la legislación que prohíbe las relaciones del mismo sexo. Gerald es una de las pocas personas en Kenia que se atreve a decir claro y alto quien es y cómo se siente, y por mucho que las leyes de su país se empeñen en considerar su intimidad como “antinatural”, esta es su verdad. Gerald utiliza este documental para amplificar su voz, su testimonio también podría ser el de muchas otras mujeres lesbianas en Kenia. Sin embargo, las personas LGTBIQ son invisibilizadas. Faltan datos sobre los asesinatos, violaciones, palizas u otro tipo de agresiones o prácticas punitivas a las que son sometidas en Kenia por motivos homofóbicos, por lo que es muy difícil luchar contra algo que “no existe”. Sin embargo, testimonios como el de Gerald pone sobre la mesa un debate que tarde o temprano va a tener que ser abordado.

La expectativa generada por la posibilidad de que el Tribunal Supremo decidiera despenalizar las relaciones íntimas entre personas del mismo sexo, hizo que muchas personas salieran a la calle con arcoíris, orgullosos de mostrar los colores de la comunidad LGTBIQ, dando paso a un período de apertura y esperanza sin igual. Sin embargo, la decisión negativa del Tribunal ha hecho que muchos vuelvan a meterse en el armario, retrocediendo en la lucha varios pasos hacia atrás. Gerald cree que si todas las personas LGTBIQ salieran del armario y contaran su testimonio, sería imposible negar su existencia, tacharlos de antinaturales, y por eso ha hecho este documental, para que su ejemplo anime a otras personas a admitir quien son y se unan a su lucha, que es global. Sin embargo, el pasado 11 de junio el Tribunal Supremo de Botswana ha decidido despenalizar la homosexualidad por considerar que dicha legislación es discriminatoria, lo cual ha traído un nuevo aire de esperanza muy necesario en toda África.

Los valores africanos que los sectores conservadores
quieren proteger son, en realidad, vestigios del colonialismo

En Kenia, además del rechazo jurídico, la homosexualidad también es rechazada a nivel social y cultural. La presión para continuar castigando a personas que tienen relaciones homosexuales a menudo se justifica en base a la supuesta protección de los valores africanos, tachando de influencia occidental las relaciones entre personas del mismo sexo. Así, algunos dirigentes instrumentalizan la homofobia extrayendo rédito político de su criminalización, a través del despliegue de una homofobia de estado que les sitúa como garantes de esa moral africana.

Esto no deja de suponer una gran contradicción, ya que precisamente esta regulación homofóbica tiene su origen en el ordenamiento jurídico de la época colonial del Reino Unido. Los valores africanos que los sectores conservadores quieren proteger son, en realidad, vestigios del colonialismo. Otros países como India, que en su día también fueron colonia británica y beben del mismo ordenamiento jurídico, ya se desprendieron de las rémoras de la legislación colonial que criminaliza la homosexualidad cuando el septiembre de 2018 el Tribunal Supremo decidió fallar a favor de la abolición de la legislación que prohíbe relaciones entre personas del mismo sexo.

En 31 países de África la homosexualidad es considerada un delito, en alguno de ellos hasta se condena con la pena de muerte. Aunque también pasa en otros países fuera de África. Por ejemplo, en Arabia Saudí el pasado abril decapitaron a 5 hombres que confesaron haber tenido relaciones sexuales con otros hombres. Irán, Pakistán, Jamaica, son otros países no africanos que también penalizan la homosexualidad. En total son 69 países en el mundo.

Además, el rechazo social se vive cada día en todas partes del mundo, incluso en las ciudades más abiertas y cosmopolitas. En la ciudad de Londres, esta misma semana dos chicas que iban en autobús al popular barrio de Camden, han recibido una paliza por cuatro hombres por mostrar afecto en público. Además, no hay que dejar de recordar, la paliza que recibió un joven hace unos pocos meses en el metro de Barcelona por este mismo motivo.

El proyecto Now You Are a Woman, llega en un momento en que los derechos LGTBIQ a nivel Español y Europeo se están tambaleando por el resurgimiento de partidos de extrema-derecha. Gerald nos visita en un momento político muy importante, nos está haciendo un gran regalo para visibilizar su caso y hacernos reflexionar sobre la homofobia a nivel mundial, porque esta es lucha es de todos.

El verdadero deseo de Gerald es poder mostrar este documental en Kenia para propiciar un cambio allí, donde no solamente es necesario sino que es urgente. Gerald ha decido hacer este documental de la manera más honesta y abierta, a pesar del riesgo que supone para ella, porque cree firmemente que cuando la gente oiga su verdad, contada por ella sin interrupción, la gente la entenderá y cambiará las actitudes homofóbicas de su país. Gerald necesita de nuestro apoyo para continuar en esta lucha, por eso tenemos que hacerle saber que no está sola, que estamos con ella.

 

Autora: Gemma Sunyer, directora de Impacto de Now You Are A Woman y especialista en derechos humanos.

Fotos: Guillem Sartorio

 

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