El apoyo africano a la causa palestina: ¿vínculo inquebrantable?

Cada 29 de noviembre se conmemora el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo de Palestina, una fecha considerada como imprescindible para la defensa de la resistencia. África no ha dado la espalda a dicha cuestión, ya que el grueso del continente ha representado un tradicional apoyo a su causa en Naciones Unidas. Se trata de una divergencia histórica infranqueable entre el continente y el estado de Israel desde la guerra árabe-israelí de 1973, a pesar de la reciente e intensa ofensiva diplomática y económica de este último. El hecho más significativo fue la resolución 77 de la Asamblea de Jefes de Estado y de Gobierno de la Organización de la Unidad Africana, quien consideraba que «el régimen racista en Palestina ocupada y los regímenes racistas en Zimbabue y en Sudáfrica tienen un origen imperialista común, constituyen un todo, presentan la misma estructura racista y están orgánicamente vinculados en su política destinada a la represión de la dignidad y la integridad del ser humano» 

 

Netanyahu on Tour 

El Primer Ministro de Israel ha intensificado sus visitas al continente en los últimos años, animado por la oportunidad de una expansión comercial, pero también por una pugna por el relato y por ampliar sus apoyos en NNUU —no olvidemos que Palestina es ya actualmente no-miembro observador desde 2012, lo que ya le ha abierto la posibilidad de participación en múltiples convenios y tratados así como organizaciones internacionales como la UNESCO o el ICC, y podría solicitar los apoyos africanos para alcanzar el estatus de miembro de pleno derecho en dicho organimso multilateral—. Así, durante 2016 Netanyahu se embarcó en la agenda de África subsahariana más intensa de cualquier representante israelita en las últimas tres décadas, visitando KeniaEtiopíaRuanda y Uganda —cuyo presidente Museveni protagonizó una delirante intervención en la que, entre otras referencias poco diplomáticas, se refirió continuamente a Israel como Palestina—. 

En sus viajes en 2017, esta vez centrado en África Occidental, Israel participó y tomó la palabra en la reunión mantenida en Liberia del órgano económico y político regional ECOWAS (Comunidad Económica de Estados de África del Oeste, formada por quince estados), remarcando su contribución tecnológica en agronomía o la producción de energía, sectores en los que también se centra la actividad de la MASHAV, su agencia de cooperación al desarrollo, pidiendo explícitamente «apoyo para rechazar el sesgo anti Israel en NNUU, y los organismos como la Asamblea General UNESCO o el Consejo de Derechos Humanos«. 

En noviembre de 2018 la Primera Ministra de Ghana visitó Israel, y aseguró su apoyo al país en su intento por acceder al estatus de miembro observador en la UA, siguiendo a otros estados africanos como Kenia y Etiopía.

En enero de este mismo año una de las sorpresas diplomáticas vino de la mano de la reanudación de relaciones con Chad, país de mayoría musulmana con quien se habían roto hacía más de 45 años, y con quien parece haber cerrado acuerdos comerciales en los sectores de defensa y seguridad, cuyos detalles son opacos. Malí y Níger, otros dos países de mayoría musulmana, parecen ser los próximos objetivos esu expansión en el continente. 

Y es que los sectores comerciales en los que Israel cuenta con cierta preeminencia son precisamente aquellos del ámbito tecnológico, y los vinculados con seguridad —equipamiento militar, tecnología de vigilancia e inteligencia, por ejemplo— así como agricultura, salud o energía.  

Israel, uno de los 10 mayores vendedores de armas a nivel mundial, testadas gracias a su ocupación de Palestina, alcanzó en 2016 los 223 millones de euros en exportaciones militares al continente, haciendo sonar las alarmas por su implicación en conflictos abiertos como Sudán del Sur —al que incluso la Unión Europea o EEUU habían impuesto embargos o sanciones en el comercio de armas dada la magnitud del conflicto—,  tal como recogió un informe de Naciones Unidas comisionado por el Consejo de Seguridad en 2015. Según información de SIPRI, Israel también ha vendido armas a otros países africanos como Camerún, Chad, Guinea Ecuatorial, Lesotho, Nigeria, Ruanda, Sudáfrica o Uganda. Los acuerdos comerciales en el ámbito militar también incluyen el entrenamiento militar a diferentes ejércitos y facciones en más de diez países africanos, entre las que se encuentras los Batallones de Intervención Rápida y la Unidad e Guardia Presidencial de Camerún —acusados de torturas, asesinatos, desapariciones forzosas, etc.—. 

El liderazgo israelita en el sector tecnológico de la vigilancia a civiles, el ciberespionaje  y la ciberguerra es igualmente considerable. Una completa investigación llevada a cabo por el diario israelita Harretz desveló el pasado año «Israel se ha convertido en un líder exportador de herramientas para el espionaje de civiles. Dictadores en todo el mundo —incluso aquellos sin relaciones formales con Israel— las utilizan para realizar escuchas a activistas de derechos humanos, controlar el  correo electrónico, hackear aplicaciones y grabar conversaciones«, entre cuyos ejemplos encontramos el espionaje a activistas y parlamentarios de la oposición por parte del gobierno de Uganda tras las elecciones de 2011 que desembocó en el arresto bajo cargos de traición de más de 600 personas 

Las estrategias israelitas para recuperar la credibilidad en el continente no irían de la mano únicamente de la diplomacia ejercida a nivel gubernamental. El departamento de Cyberseguridad de Facebook aseguró en mayo de este año que habían prohibido una campaña liderada por el Archimedes Group, una consultora política basada en Tel Aviv, quien pretendía influenciar en muchas elecciones de diversos países. Las estrategias de gobernabilidad y las brechas en la ciberseguridad son nuevas amenazas que pretenden revertir una narrativa africana imperante (especialmente en comunidades de confesión musulmana) contra las acciones del estado de Israel contra la población palestina. 

 

Solidaridad con Palestina desde arriba…. 

Buena muestra de ello se encontró en la 74ª y última asamblea General de Naciones Unidas. Los jefes de estado de una docena de países africanos mencionaron en sus discursos la necesidad de crear un estado palestino (según el presidente senegalés, Macky Sall, con Jerusalén Este como su capital) para consolidar una paz justa y duradera entre los —todavía— Territorios Ocupados Palestinos e Israel. Además, los mencionados líderes instaron a Netanyahu a paralizar la construcción de asentamientos ilegales y conminaron a la comunidad internacional a incrementar los esfuerzos para hacer Israel responsable de violaciones del derecho internacional.

La propia Unión Africana concedió a Palestina el estatus de observador durante la celebración de su 21º Cumbre en 2013—tan solo un año después de que se le adjudicara el estatus de no-miembro observador en NNUU—, mientras Israel sigue haciendo esfuerzos diplomáticos para acercarse al bloque regional africano, y conseguir equilibrar su presencia solicitando su aceptación bajo el mismo estatus de observador, lo que le daría un acceso privilegiado a los estados miembros, a los que necesita para reducir los apoyos a las múltiples resoluciones de NNUU, el Consejo de Derechos Humanos o el Consejo de Seguridad, críticas con sus políticas de ocupación. 

Una de las posturas más beligerantes sigue siendo, por motivos que parecen lógicos, la de Sudáfrica. En boca del Ministro de Relaciones Internacionales en la 74a Asamblea General de la ONU; Naledi Pandor aseguró “sentir vergüenza por el hecho que el pueblo palestino haya vivido 70 años bajo ocupación”. Más allá de las palabras, Sudáfrica decidió en abril retirar su embajador en Israel como un hecho firme y contundente que mostrara la intención de degradar sus relaciones con Tel Aviv. Consecuentemente, Israel se plantea retirar su embajador y dejar la representación a nivel consular 

Igualmente, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó la resolución 2334 en 2016 en la que se condena la expansión colonialista israelita sobre territorio palestino, incluido Jerusalén este, más allá de las fronteras marcadas en 1967. La resolución contó con el apoyo entre otros de Angola y Senegal, —siendo este último uno de los 4 países que lideraron la presentación a votación del borrador de la resolución, junto con Malasia, Venezuela y Nueva Zelanda—, a lo que el primer ministro Netanyahu reaccionó con la retirada de los programas de ayuda al desarrollo a Angola o Senegal, y de sus relaciones diplomáticas. 

 

….pero también desde sus bases 

No obstante, no todas las iniciativas han surgido a nivel gubernamental. En la conmemoración del centenario de la Declaración de Balfour, en noviembre de 2018, miles de activistas nigerianas hicieron un llamamiento, a través de una manifestación, a la comunidad internacional a boicotear a Israel. Por otra parte, la iglesia anglicana en Sudáfrica, en lo que se ha considerado un inmenso avance de la campaña por el Boicot, las Desinversión y las Sanciones (BDS) aprobaron una resolución de apoyo de toda acción no violenta para terminar con la ocupación militar de Israel, así como condenar todas forme de antisemitismo e islamofobia 

Los pasos decididos de Israel por fortalecer alianzas diplomáticas y económicas también encuentran resistencias, con las campañas de BDS ganando momentum de manera intermitente. Es el caso de la cancelación de la Cumbre África-Israel  anunciada tras su intenso viaje continental en 2016 que habría sido la primera de su tipo, y que debía celebrarse en Togo en octubre 2017. A pesar de que ambos gobiernos aludieron a la inseguridad derivada de las protestas ciudadanas contra la dictadura en el país anfitrión, las noticias de que diversos países africanos pensaban boicotear la Cumbre —con Sudáfrica a la cabeza y países de mayoría musulmana como Mauritania, Marruecos, Argelia o Túnez— y las presiones de grupos afines a la resistencia Palestina parecen haber sido fundamentales para esta cancelación. De acuerdo con el Afro-Middle East Centre «era probable que fueran a atender el 48% de las naciones africanas». 

En definitiva, los hechos de la reciente actualidad internacional (reciente decisión de Trump de no considerar ilegales los asentamientos en Cisjordania) hacen prever que la oleada de solidaridad con el pueblo de Palestina desde el continente africano no hará más que reforzarse, haciéndola inquebrantable. Sin embargo, no se puede menoscabar el permanente lobby desde el ejecutivo israelita (hoy muy pendiente de la formación de gobierno y de la imputación a Benjamin Netanyahu), poniendo en cuestión la mencionada solidaridad. 

 

Autoras: Celia Murias y Albert Caramés

Mapas: relaciones diplomáticas con Israel (Fuentes: Monde Diplomatique, 2017, y Oxford Analytica, 2018)

Foto: presencia del Primer Ministro palestino, Mahmoud Abbas, en la Cumbre de la UA (2017)

Equipo de Africaye.org

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