Entrevista a Justine Masika Bihamba, defensora de Derechos Humanos en RDC

“Las mujeres del Congo no quieren ser sólo víctimas, sino actores del cambio”

Por el 2 enero, 2020 África Central , Entrevistas

Justine Masika Bihamba, es una defensora de derechos humanos de las mujeres en su país natal, la República Democrática del Congo, aunque el trabajo que realiza lo viene desempeñando también a nivel global, jugando un rol activo en la incidencia política, no solo en su país y los países de alrededor, sino también en diversos países de Europa, en Estados Unidos o frente a Naciones Unidas. Esta labor la ha llevado a recibir varios premios internacionales y, sobre todo, a ser altavoz de las demandas de las mujeres de su país.

Justine, al igual que otras defensoras de derechos humanos de las mujeres, se ha visto perseguida y amenazada por su trabajo, su rol y liderazgo. Estas amenazas hicieron que durante un tiempo tuviera que salir de su país y buscar protección fuera de sus fronteras. Presidenta de “Synergie des femmes pour les victimes de violences sexuelles” (SFVS) de Goma (Nord-Kivu, República Democrática del Congo), representa a esta organización que aglutina a 52 asociaciones de mujeres del Este de RDC. Mujeres congoleñas que se han organizado para atender una realidad que azota a sus comunidades, la violencia sexual sistémica y sistematizada contra las mujeres. Pero su objetivo no se centra solo en ofrecer una respuesta integral a las mujeres que han sobrevivido a la violencia sexual, sino que se enfoca en garantizar la participación de las mujeres en la defensa de sus derechos, en la vida política y en el establecimiento de la Paz.

Intervención de Justine en el Parlamento de Navarra con al ONGD ALBOAN – Foto: Guillermo Otano

 

El pasado noviembre, la Corte Penal Internacional (CIP), condenó a Bosco Ntanganda, conocido con el sobrenombre de Terminator, a 30 años de prisión por 18 cargos de crímenes de guerra y contra la humanidad. Entre ellos: asesinato, violaciones, esclavitud sexual y reclutamiento de niños soldado en Ituri, una región minera en el noreste congoleño. Ha sido la condena más alta impuesta por este tribunal.

Casi en paralelo a esta sentencia, he ido contactando con Justine para que nos acerque sus impresiones y la realidad que allí se vive. En estos meses, su actividad no se ha parado, y la ha llevado a Bélgica, Francia o Kenia para seguir concienciando sobre la relación entre nuestro día a día y el suyo, sobre la relación entre nuestras formas de vivir, y las guerras que ni siquiera aparecen en las noticias ni en los diarios, para hablarnos de las demandas y logros de las mujeres del Este de RDC, de la necesidad de reparación de todas las mujeres supervivientes de violencia sexual y a seguir poniendo acento en sus mensajes, en buscar oídos y manos, personas que quieran escuchar lo que acontece y se quieran unir a ella y a todas las defensoras de derechos humanos, para que utilicemos nuestros privilegio y nuestras posibilidades para acabar con este vínculo perverso, en donde algunas personas ponen el cuerpo y otras se embolsan ingentes cantidades de dinero en sus bolsillos.

¿Qué valoración hace vuestro movimiento de la sentencia contra Bosco Ntanganda? 

La sentencia a 30 años con la que ha sido condenado Bosco Ntanganda es un suspiro de alivio para las víctimas, pero la gran cuestión sigue siendo la reparación, a pesar de que el dinero no puede devolverle a la víctima que ha perdido su dignidad, ella lo necesita para su reconstrucción y su integración en la comunidad. Para los defensores de los derechos humanos es una victoria en la lucha contra la impunidad de los peces gordos.

¿Cuál es la situación actual de las mujeres en la RDC? ¿Como es la situación que enfrentan en el día a día?

En general, la RDC se caracteriza por la inseguridad causada por la actividad de los grupos armados. En la provincia de Kivu del Norte se han identificado treinta grupos armados nacionales y extranjeros activos. Como muestra de esta actividad, podemos reseñar que se han registrado varios casos de violaciones graves de los derechos humanos contra mujeres y niñas.

El contexto económico de las mujeres sigue siendo crítico en esta provincia. La existencia de grupos armados significa que las mujeres abandonen los campos que cultivaban para la supervivencia familiar, que dejen de hacer sus negocios por temor a ser violadas por los grupos rebeldes.

En términos de salud, las mujeres y las niñas no tienen acceso a los servicios de salud, ya que no tienen dinero para pagar la atención, e incluso las estructuras de atención a las víctimas de violencia sexual no tienen fondos para la atención médica de sobrevivientes de violencia sexual. La existencia de la enfermedad del virus de ébola en la provincia ha empeorado la situación de las mujeres que se encarga de proteger a su familia contra la enfermedad y debe adoptar medidas de protección a pesar de que no tiene medios.

El contexto que nos señalas es un muy duro. ¿Cómo se articula en él un movimiento de mujeres como el vuestro?  ¿Cuál es la agenda y demandas de esas organizaciones?

Las mujeres en la RDC, especialmente en su parte oriental, no quieren ser solo víctimas sino actores del cambio. Esa voluntad es la que está en la base de la creación de las organizaciones de mujeres, esa voluntad de ser actoras principales del cambio que necesita su comunidad.

Hay que mencionar, que el proceso para obtener los documentos para constituirse en asociación y los honorarios a pagar a las personas empleadas son muy elevados, pero aun así hay muchas organizaciones de mujeres que defienden los derechos de las mujeres. Aunque aún necesitan el desarrollo de capacidades para poder trabajar de manera profesional.

¿Cuál era el contexto en el que decidisteis crear SFVS? ¿Qué necesidades encontrabais que podríais cubrir con ella?

Después de mis estudios, encontré trabajo en una organización local que se ocupaba de las mujeres rurales. Era alrededor del año 2000 y muchas mujeres nos dijeron que fueron violadas cuando iban al campo. Tras estos testimonios hicimos una investigación para comprender mejor el problema. Entre las recomendaciones de la investigación se encuentran el trabajo en sinergia para dar una respuesta integral a los problemas de las mujeres de la región y brindar atención integral a las sobrevivientes de violencia sexual.

Después de este estudio sobre la violencia sexual en la provincia del Kivu Norte, donde se constataba que la violencia sexual contra las mujeres era una realidad, decidimos crear SFVS.

Las mujeres que habían sido víctimas de violación manifestaban que después de las agresiones fueron marginadas en sus propias comunidades y se encontraban sin ningún tipo de apoyo por parte de ésta. Era importante visibilizar la situación de depresión y de marginación y trabajar con ellas y con las comunidades que no fueron responsables de su condición.

«086» por t.pcox – CC BY 2.0

¿Cuál es el trabajo que hacéis en SFVS?

Tenemos como objetivo movilizar a las mujeres para que participen en la toma de decisiones, la consolidación de la paz y el respeto de sus derechos. Organizamos diferentes actividades de acuerdo con sus áreas de información, como apoyo legal y judicial, médico, psicosocial e incluso de reintegración económica a la sobreviviente de la violencia sexual. También realizamos actividades de creación de liderazgo y empoderamiento de las mujeres, popularizando instrumentos como la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Organizamos capacitaciones en campañas de educación cívica y electoral para mujeres rurales en la provincia de Kivu del Norte, y sobre el seguimiento de la violencia electoral durante las elecciones, capacitación de candidatas sobre gobernanza, etc. Y ejercemos un rol de incidencia política a nivel local, nacional e internacional para combatir las costumbres y tradiciones que muestran a las mujeres como personas de segundo rango, contra los conflictos generados por la explotación ilegal de los recursos naturales y la impunidad.

¿Qué habéis logrado en todo este tiempo, qué valoráis más positivamente?

En atención médica, hemos reparado 336 fístulas o 2.391 casos de otro tipo de patologías, se han realizado 5.081 pruebas voluntarias de VIH, se han tratado 12.520 casos de ITS, 1.857 casos de embarazos no deseados, incluidos 64 abortos, 6 nacidos con poca capacitación, 73 cesáreas y el resto, partos eutócicos. Hemos atendido a 25 hombres y niños violados, 7 de los cuales lamentablemente murieron.

Pero también nos dedicamos a la atención psicosocial, que consiste en escucha, orientación de las supervivientes, terapia grupal… Han sido alrededor de 13.000 atenciones. Hemos escolarizado 354 niños y niñas, y se han llevado 1.706 denuncias ante los tribunales, con 254 condenas. Y muchas otras cosas.

Aúnque hemos realizado estos avances en los últimos años, los retos que se nos presentan son grandes, como la creciente inseguridad debido a la multitud de grupos armados, la limitación de medios que tenemos y la no participación de las mujeres en los órganos de toma de decisiones y de consolidación de la paz.

¿Qué relación hay entre el consumo de móviles en occidente y el conflicto que estáis viviendo en RDC?

RDC es el primer país productor de coltán y se calcula que tiene del 60 al 80% de la reserva mundial de este mineral. El uso de coltán de la RDC para la fabricación de teléfonos es algo bueno, no es algo sobre lo que estemos en contra, el problema radica en la explotación de estos minerales, que es una fuente de conflictos. Y, muy precisamente, en el Este de la RDC. Después de que los rebeldes se establecieran en las ciudades mineras, comenzaron a explotar los minerales ilegalmente mediante el uso de mujeres y niños expuestos a estos señores de la guerra y a otras formas de violencia.

¿Cómo está la situación actualmente tras las normativas de trazabilidad de los minerales? Además de la Dodd Frank estadounidense, también está la legislación europea, la canadiense…  ¿Crees que ha habido un impacto tras estas legislaciones para controlar la explotación minera? ¿Qué puntos crees que deberían mejorarse?

El problema de la trazabilidad del mineral sigue siendo un gran desafío. La RDC tiene un nuevo código de minería armonizada con los instrumentos legales regionales e internacionales. Sin embargo, la implementación y la extensión siguen siendo un gran problema. El fraude de mineral sigue activo en los países vecinos.

La Dodd-Frank Act, había contribuido a la trazabilidad de los recursos naturales en la RDC. Bajo la sección 1502 de esta ley, los consumidores finales, compuestos esencialmente por una variedad de compañías electrónicas estadounidenses, debían revelar la fuente de los minerales necesarios para la fabricación de sus productos y demostrar que se habían tomado las medidas necesarias de trazabilidad, si estos minerales provenían de la RDC o de un país vecino. El objetivo de estas medidas era romper el vínculo entre la explotación y la comercialización de los llamados minerales “3TGs” (Coltán, Casiterita, Wolframita y Oro) y la financiación de conflictos.

Tres meses después de la promulgación de la ley, la RDC suspendió la minería artesanal en el Este, después lanzó un manual de país para la trazabilidad, e implementó diferentes iniciativas como la desmilitarización de sitios de minería artesanal, la construcción de centros de acopio, la capacitación y el despliegue de unidades policiales en minas e hidrocarburos o la calificación y la validación de los sitios de minería artesanal, etc. Después de esto, también vino la regulación europea.

Pero por nuestra parte debemos conseguir que estos procesos sean participativos para permitir que el público solicite las cuentas y haga un seguimiento, de forma que sea posible una rendición de cuentas.

 

Autora

Virgina Basurto (Eibar, 1982), es especialista en cooperación al desarrollo. Ha trabajado en UNICEF El Salvador y en diferentes ONGD desde su regreso a Euskal Herria.

Tú también puedes escribir en Africaye

Comenta

  • (no se publicará)