¿Quién es quién en el tablero marfileño?

El personalismo en las presidenciales marfileñas frente a la desafección de su juventud

Por el 21 enero, 2020 África Occidental , Política

Este 2020 se conmemora una década de la celebración de unas elecciones presidenciales en Costa de Marfil (octubre y noviembre de 2010), más conocidas por ser las causantes de la denominada “crisis post-electoral”: 6 meses de tensiones políticas que desencadenaron en dos semanas (abril 2011) de episodios de alta intensidad de violencia. Además de contabilizar unos 3.000 muertos, dicha crisis culminó con la detención del hasta entonces presidente, Laurent Gbagbo, y el encumbramiento de uno de los eternos candidatos: Alassane Dramane Ouattara.

Dos lustros después, a escasos nueve meses de unos nuevos comicios presidenciales (octubre 2020), observamos la paradoja de encontrar, potencialmente, los mismos candidatos (en masculino) que entonces (lo cual, a nota personal, facilita el análisis para alguien que dejó de vivir en el país en 2012). Este artículo pretende recoger las principales características de los posibles presidenciables, más por su trayectoria y sus aspiraciones que por los temas en la agenda que puedan traer. Para que estos asuntos pasen a estar en el epicentro de los comicios, se deberá hacer un enorme ejercicio de incidencia.

El persistente dilema de Ouattara

El presidente de esta última década prometió en 2015 no volverse a presentar al que sería su tercer mandato presidencial. A sus 77 años, sin embargo, Alassane Dramane Ouattara no descarta esta opción, a expensas de si sus históricos rivales también lo hacen (en caso de que no, sería el actual primer ministro, Amadou Gon Koulibaly, quien se presentara en su lugar). Eso supondría la necesidad de modificar la constitución de 2016 (que ya suprimió los límites de edad para ser candidato). Retos como la separación de poderes (de la crisis post-electoral de 2011 se han juzgado los máximos representantes del bando saliente) o la reconciliación nacional fueron en detrimento del desarrollo económico en el país. La lucha contra el terrorismo, tras el atentado de AQMI en 2016, o la pugna con Senegal por ser el motor económico de África Occidental (especialmente en vísperas de albergar la nueva moneda) son las grandes narrativas que no se descarta mantener.

Cartel electoral a favor de Ouattara – Foto Maxence Peniguet/RNW Media (CC)

 

Guillaume Soro: el eterno aspirante, pero nunca candidato

De líder del grupo armado de oposición a Presidente de la Asamblea Nacional, pasando por Primer Ministro. La trayectoria de Guillaume Soro en lo que llevamos de siglo ha sido tan fulgurante como fiel reflejo del cambio de tornas en la arena política marfileña. Después de años de rumores, parecía que estos comicios deberían ser los de su consagración como candidato. Sin embargo, a día de hoy, pesa sobre él la acusación, a través de escuchas telefónicas, de ser uno de los artífices de una tentativa de golpe de estado. Soro (actualmente, en Ghana) ha denunciado una conspiración para descartarlo como candidato y una maniobra del gobierno para domesticar a la oposición. Si no pudiera presentarse, la reconciliación nacional se vería de nuevo en entredicho. Si, por el contrario, se pudiera presentar, sería el candidato, entre los favoritos, más joven con diferencia (47 años), a pesar de ser un viejo actor en el tablero marfileño. La reconciliación en el norte o el control de tierras serían algunos de los aspectos que podría traer a debate. Más allá de saber si podrá ser candidato, habrá que ver qué apoyos y estrategias ha podido recoger en sus seis meses de gira por el continente africano, Europa y Estados Unidos, llevándole a formar la coalición Géneration et peuples solidaires (GPS).

Laurent Gbagbo: ¿el retorno?

Otro de los grandes interrogantes de estas selecciones es la posibilidad de que el expresidente Laurent Gbagbo se pueda presentar. Gbagbo se encuentra actualmente en Bélgica en régimen de libertad vigilada y la posibilidad de su retorno es todavía una incógnita. Su candidatura conllevaría una enorme agitación política y social, aunque debería ser vista como un importante acto de justicia tras su detención en 2011 y posterior absolución (condicionada) por la Corte Penal Internacional en enero de 2019. En el seno de su partido, el Front Populaire Ivoirien (FPI) se vería como el candidato natural, si bien, reconocido por miembros del propio partido, bajo riesgo de caer en una excesiva tendencia a la personalización en la política marfileña. En su caso, la figura de Gbagbo puede ser percibida como la de un mártir, aunque también podría analizarse como un acto de restitución y normalización si se confirma su absolución jurídica. En el entorno del expresidente, cabe destacar la figura del exministro de Interior, Charles Ble Goudé, recientemente condenado a veinte años de prisión por la justicia marfileña. A pesar de sumarse a las denuncias por la falta de separación de poderes en el país, Ble Goudé ha declarado su interés por encontrarse con el Presidente Ouattara y trabajar conjuntamente en aras de la reconciliación nacional.

Carteles electorales a favor de Laurent Gbagbo

 

Henri Konan Bedié: ni manda ni deja mandar

Bajo el apodo de la “esfinge de Daoukro” (en referencia a su elevada edad, 85 años, y su localidad de nacimiento), el también expresidente Heny Konan Bedié se resiste a ceder el liderato. La edad y la sabiduría manda entre la tradición de la comunidad Akan, por lo que los miembros de su partido (Parti Démocratique de Côte d’Ivoire, PDCI) aseguran que no habrá cambios hasta que el propio Bedié designe a su sucesor. A su vez, ha denunciado una instrumentalización de la justicia desde el poder ejecutivo (algo denunciado también por Amnistía Internacional), vulnerando el estado de derecho y la democracia. En su caso, el exmandatario ha subrayado el rechazo del gobierno a crear las condiciones propicias para un escrutinio electoral sin sobresaltos, haciendo hincapié en la desigual composición de la Comisión Electoral Independiente (CEI). Su candidatura no supone una seria amenaza a la presidencia, pero, como ya sucedió en 2010, podría ser un factor decisivo en caso de que el desenlace de las elecciones se decidiera en una segunda vuelta.

¿En qué lugar quedan los debates de fondo?

Más allá de rostros y personalidades históricos, que se terminarán de dilucidar a medida que se acerquen los comicios, una de las consecuencias preocupantes de esta excesiva personalización entre los candidatos es la creciente desafección de la juventud marfileña con las clases dirigentes ante tan bajas perspectivas de colmar sus ambiciones: ni un 4% de los inscritos en las listas electorales está en la franja de edad que va de los 18 a los 24 años. Será de imperiosa necesidad poder abordar los principales temas de debate que ayuden a la ciudadanía marfileña a perfilar su voto, más allá de antecedentes históricos de peor o mejor recuerdo. La reconciliación nacional, el desarrollo económico, el control de tierras, la seguridad y el liderazgo regional serían algunos de los temas que irán apareciendo. A día de hoy, todavía hay una clara voluntad de mantener el diálogo político. ¿Pervivirá hasta el día de las elecciones? Muchos interrogantes y retos a los que prestar atención.

(Barcelona, 1982) Sociólogo que nunca ha ejercido, pero siempre cree pensar como tal. Esto de opinar siempre me ha costado; sigo la máxima que tenemos el doble de orejas que bocas. Abidjan la sigo sintiendo como una segunda casa y algún día confío en volver. De teatro, baloncesto, amigos, reír y hacer reír, mucho. Y sobre todo que no me arrepienta nunca de no haber intentado algo que quería. @albertcarames

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