Ante la crisis de COVID19, regularización urgente de personas migradas y refugiadas

Una regularización urgente, por justicia social

Por el 16 abril, 2020 Desarrollo , Política

“Hola, agradezco me informen si por medio de su organización es posible recibir algún tipo de ayuda, sea económica o de alimentos, o si fuera posible un trabajo, recurro a ustedes con la esperanza de recibir una respuesta a la necesidad por la que estamos pasando junto a mi esposo y mis dos hijas y a la de muchos que no hemos logrado conseguir recursos por ser inmigrantes sin papeles, de todo corazón agradeceríamos cualquier ayuda”

Cada semana de confinamiento que pasa, recibimos más y más de estos mensajes. Vienen de personas para quienes el confinamiento debido a la crisis del coronavirus ha significado perderlo casi todo a la vez: el trabajo, los ingresos, las posibilidades de regularización de su situación administrativa, y en algunos casos también el techo. Este mensaje es un caso real: pero imaginemos una situación ficticia pero que sabemos que está pasando, en muchos lugares del país, y relatémosla en segunda persona para ponernos en la piel de quien lo está viviendo en carne propia y entender la urgencia de una regularización urgente, en línea con recomendaciones del Consejo de Europa.

La crisis del Covid-19 no solo es una crisis sanitaria: es también una crisis
económica y social, que agudiza la precariedad de todas las personas,
y en particular la de las migrantes y solicitantes de asilo, que no acceden
en igualdad de oportunidad a los servicios por su situación administrativa. 

Pongámonos, pues, en la situación de que has tenido que salir rapidísimo de tu país, sin mirar atrás, porque a tu hija la amenazaron de muerte, y sabes que es un peligro muy real. A ti ya te habían amenazado, pero se trata de tu hija: no lo dudas, su vida está en peligro. Te vas. Imagínate, pues, que has salido, y acabas de llegar a un país nuevo, donde no conoces a nadie, o a muy poca gente. Lo único que te preocupa es salir adelante, primero a corto plazo, y luego a medio y largo plazo; pero esto ya se verá. Lo primero es la supervivencia inmediata. Tienes que encontrar una forma de pagarte a ti y a tu familia un techo y comida, pero no tienes derecho a trabajar legalmente; y además tus títulos, pongamos que son de logística, aquí no valen nada porque no están homologados. Por suerte, por las redes sociales, conoces a una compatriota que te cuenta que aquí, a mucha gente mayor se la deja sola en casa porque todo sus familiares trabajan, y que a veces buscan a personas que las cuiden, día y noche. Te cuenta que es mucho trabajo, muy duro, poco reconocido y hay que dormir en la casa. Que son seis días a la semana, a veces incluso siete; pero que al menos, te permite tener techo y comida. A través de esta red de compatriotas, consigues un trabajo de cuidadora interna, y empiezas a cuidar de una persona mayor viviendo en su casa. No te han hecho ningún tipo de contrato. No tienes tiempo para nada más que el trabajo, y tu situación sigue siendo la de cuando llegaste: no tienes documentación legal, porque tus horarios no te permiten ni siquiera acudir a una oficina para consejos legales. Gracias a tu red, otra vez, de compañeras compatriotas, descubres que tu situación jurídica podría ser la de refugiada: has huido de tu país porque tu vida o la de los tuyos estaba en peligro, y esto te puede dar derechos. Quizás podrías solicitar el asilo.

Aquí podemos imaginar dos escenarios:

– La pandemia del coronavirus llega antes de que hayas podido hacer ningún trámite. Estás en situación irregular, no tienes acceso completo a la sanidad, convives con una persona de riesgo: esta persona mayor que cuidas. Quizás los familiares de esta persona, por miedo a que la contagies, te despiden. Vivías allí: de golpe, pierdes tu casa, tu trabajo, todo. Estás en la calle, o quizás alguna compatriota te aloja pero, ¿cómo confinarse si ya viven 5 personas en su piso de 60 metros cuadrados? Quizás vayas a contagiarte, y entonces ¿cómo vas a acceder a la sanidad sin haber podido ni siquiera empadronarte?

– Has conseguido empezar el trámite para solicitar el asilo antes del inicio de la pandemia, pero durante los seis primeros meses, no tienes acceso a permiso de trabajo. Es decir, que tu perfil laboral de logística podría ser muy útil en estos tiempos de lucha contra el coronavirus para gestionar la llegada de materiales sanitarios, por ejemplo; pero no puedes postular a estos puestos de trabajo. Igualmente, sigues a la espera de saber si vas a poder quedarte en el país porque tu expediente de asilo sigue pendiente, y sabes que hay más de 100.000 casos a la espera, como el tuyo.

Esta situación está probablemente teniendo lugar en multitud de rincones del Estado, y puede que no sea la peor. Son miles las personas que, al no poder trabajar y no poder acceder a prestaciones de desempleo por su situación administrativa irregular, se encuentran aún más vulnerabilizadas por la crisis del Covid-19, que no solo es una crisis sanitaria: es también una crisis económica y social, que agudiza la precariedad de todas las personas, y en particular la de las migrantes y solicitantes de asilo, que no acceden en igualdad de oportunidad a los servicios por su situación administrativa.

Los propios colectivos migrantes se han organizado desde el comienzo del decreto de confinamiento para proveer de apoyo mutuo material y legal a otras personas migrantes, organizando la recogida y reparto de ayuda económica y en especie y redes de apoyo. Sin embargo, el acceso a los recursos estatales, sean sanitarios u otros, es una cuestión de derechos.

Para garantizar el acceso de las personas refugiadas y migrantes
a los derechos en igualdad de condiciones, es urgente
que se ponga en marcha un proceso de regularización

Los procedimientos de regularización administrativa están parados desde el inicio de la crisis. Para garantizar el acceso de las personas refugiadas y migrantes a los derechos en igualdad de condiciones, es urgente que se ponga en marcha un proceso de regularización que les permita acceder a protección, al tiempo que se reconozca el valor de las aptitudes, dedicación y compromiso que aportan como parte de la sociedad española.

Por todo ello, desde la Comisión Catalana de Ayuda al Refugiado, pedimos con CEAR al Gobierno español que, siguiendo la estela del gobierno portugués y la recomendación del Consejo de Europa, ponga en marcha medidas de regularización extraordinaria con el fin de garantizar los derechos de las personas extranjeras en todo el Estado. Las firmas se pueden recoger a través de este formulario.

Otros colectivos de diversa índole han reaccionado lanzando otras iniciativas para exigir al gobierno este proceso de regularización, como la campaña Regularización  Ya , o el comunicado del Consejo Municipal de Inmigración de Barcelona

Con esta crisis, tenemos en nuestras manos la posibilidad de poner al centro lo que es realmente importante: la justicia social, las vidas de las personas y su dignidad. Hagamos que las vidas migrantes y refugiadas puedan recobrar esta dignidad, pudiendo además, aportar soluciones y esfuerzos a la crisis.

 

Autora: Pascale Coissard, directora en funciones de Comissió Catalana d’Ajuda al Refugiat

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