Africtivistes: Primer encuentro de ciberactivistas africanos

Democracia y redes se citan en Dakar

Más de 150 personas, entre blogueros, ciberactivistas y periodistas, participaron en la primera cumbre de Africtivistes (activistas africanos) del 26 al 28 de noviembre en Dakar (Senegal). El tema de este primer encuentro fue “África, comprometida y determinada a garantizar y consolidar la democracia”. La celebración de charlas y talleres durante estos tres días ha supuesto el lanzamiento oficial de la “Liga de blogueros y ciberactivistas africanos por la democracia”, que nace con el objetivo de federar sus acciones individuales en un colectivo para cambiar el destino del continente, alejándolo de violaciones de derechos humanos y de elecciones mal organizadas.

Inquietudes del ciberactivismo africano

Ya se conocían y comunicaban on line pero, para muchas de estas mujeres y hombres de entre 20 y 40 años, procedentes de una treintena de países africanos y también de la diáspora —especialmente, de Europa y Estados Unidos—, esta era la primera vez que podían intercambiar impresiones y estrategias frente a frente.

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El seminario se estructuró en cuatro paneles. El primero llevó por nombre “Compromiso civil en África: Nueva conciencia ciudadana frente a los problemas y desafíos del acceso a la información”. En este primer día y primer panel, se presentaron algunos movimientos del ciberactivismo actual en el continente.

Con la segunda jornada, llegó el segundo panel, “El e-activismo para la democracia”, en el que intervino Makaila Nguebla, bloguero chadiano, asilado en Francia, a quien tuvimos oportunidad de entrevistar hace unas semanas en Africaye.

A tenor del tercer panel, sobre “El control ciudadano: Mecanismos, medios y límites”, la premiada bloguera marfileña Yehni Djidji reflexionaba así desde su cuenta de Twitter: “Antes de controlar, debemos estar informados y conocer lo que queremos controlar” y siendo conscientes de que “cada elemento de nuestra vida cotidiana está influenciado por decisiones políticas”. El último panel tenía el ambicioso título de “Los webactivistas africanos: Agenda post elección presidencial”.

A lo largo de los tres días, se abordaron cuestiones técnicas —la necesidad de utilizar software libre en el activismo ciudadano; el acceso a Internet como un verdadero problema para los ciberactivistas en África; cómo proteger los datos en el ordenador para esquivar la censura…—, pero también se habló de temas que les unen y les motivan, como el compromiso ciudadano, la democracia participativa, la transparencia y el buen gobierno.

No obstante, más allá de las presiones a su libertad de expresión, los ciberactivistas africanos tienen otros temores, derivados de la responsabilidad de su acción social. Por un lado, el senegalés Natty Seydi alertaba en su blog del miedo a institucionalizarse y olvidar a la población, miedo a dejar de ser “centinelas de la democracia” para entrar en el sistema.

Por su parte, Diana Senghor, directora de la ONG de comunicación PANOS, aprovechó el encuentro para denunciar la “recolonización de los contenidos” digitales y llamó a “africanizar el ciberespacio”. También se comentó la relevancia de conectar con las emociones de la gente, en lugar de limitarse a ofrecer cifras y asépticos datos.

Origen africtivista

Como principales detonantes de esta activa comunidad digital, se coincide en señalar tres episodios importantes que comenzaron hace apenas cinco años, con la crisis política que se vivió en Costa de Marfil a raíz de las elecciones presidenciales de 2010. Entonces, los blogueros marfileños desempeñaron un papel clave en la producción y difusión de información bajo la etiqueta #civ2010.

El segundo momento llegó dos años después, en un país cercano, Senegal, con la campaña virtual #sunu2012 (“nuestro 2012” en wolof) para informar antes, durante y después de las elecciones presidenciales que expulsaron a Abdoulaye Wade del poder porque, como tuitea Yehni Djidji, “se debe ser activista todos los días, vigilando la actividad del gobierno, no solo el día de las elecciones”.

Aquella iniciativa estuvo encabezada por Cheikh Fall, principal organizador de esta primera edición de Africtivistes y también líder de la campaña que supuso el tercer momento embrionario de la liga de ciberactivistas africanos: el caso de Makaila Nguebla (#FreeMakaila).

No estuvieron solos, no pretenden ser «los malos»

Africtivistes3Además de para conocerse entre ellos y crear sinergias, Africtivistes también quiso servir para establecer un vínculo entre las instituciones públicas y actores de la sociedad civil como son ellos, los ciberactivistas. No quieren ser vistos como adversarios, como enemigos de los políticos o de las instituciones, sino como socios, como complementos necesarios para la salud democrática. Por esto, contaron con el apoyo de la embajada de Países Bajos en Senegal y, sobre todo, con la asistencia al acto de Youssou N’dour.

Si bien el ministro consejero del presidente de Senegal, Macky Sall, declaró que acudía “como ciudadano y no como ministro o artista” —N’dour insistió en que sigue siendo activista—, se comprometió, ante su entregada audiencia, a ejercer como abogado de los africtivistas ante Sall y las instituciones internacionales y regionales. Entre las preguntas que los ávidos participantes le formularon, respondió que, sobre las Visas, los Estados africanos “deben tomar conciencia de la importancia del turismo intraafricano” y, antes de regalarles las primeras notas de una de las canciones de su futuro álbum, que se publicará en 2016, «Africa, Peaceful», N’dour les aconsejó: “No olvidéis que los Estados africanos son jóvenes”. Quizá para infundirles ánimo y esperanza en su labor como activistas en el ciberespacio.

Conclusiones de la cumbre

Antes de regresar cada uno a su respectivo país, acordaron  solicitar el estatus de observador en todas las instituciones africanas (la Unión Africana, la CEDEAO, la CEMAC, etc.). Asimismo, publicaron un comunicado para manifestar su solidaridad con las personas retenidas o detenidas ilegalmente que no pudieron desplazarse hasta Dakar para el encuentro. En los días precedentes, se habían puesto en pie para protestar por la represión violenta que, en Goma (República Democrática del Congo), se había saldado con más de una decena de personas detenidas cuando homenajeaban, pacíficamente, a las víctimas de la masacre de la también congoleña Beni. Entre los detenidos, dos activistas del movimiento ciudadano Lucha RDC. Simbólicamente, durante las tres jornadas, se dejó una silla vacía que recordaba la ausencia de sus compañeros.

En Twitter, la etiqueta #Africtivistes sobrepasó, esos días, las seis millones de menciones. Sin embargo, la vida de esta etiqueta no termina con la primera cumbre, sino que sigue empleándose para, entre otras cosas, seguir definiendo qué es un africtivista. Porque, tomando prestado el título de la charla de Thierry Hot sobre startups africanas, los ciberactivistas del continente tienen que seguir mostrando que “la revolución digital es una oportunidad”.

Fotos del artículo: Makaila Nguebla

(Gran Canaria, 1987) Periodista y comunicadora audiovisual apasionada por África Subsahariana. Máster en Culturas y Desarrollo en el continente vecino. Enganchada a las redes sociales, donde se me pasan las horas siguiendo la actualidad de casi todos los ámbitos. ¿Que qué temas me interesan de África? Uf, ¡¿cuáles no?! Todo lo artístico y social, lo relacionado con la mujer africana, la afrodescendencia, pero también las relaciones políticas y económicas, como la Françafrique y Chináfrica, y la implantación de las nuevas tecnologías.

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